Cuenta la leyenda que el café llegó a Panamá en 1742 desde las Antillas Francesas. En este caso, desde la poco conocida isla de Martinica. Sin embargo, no fue hasta 1780 que se registró, por primera vez, la siembra del café en territorio panameño.
Posteriormente, a mediados de 1850, el café llegó a la provincia de Chiriquí y fue sembrado en áreas de mediana altura.
Según narra el Forum del Café dirigido a la industria barista: “en ese tiempo, Panamá estaba bajo el control de Colombia y al ver el éxito de las exportaciones cafeteras de ese país y de Costa Rica, varias familias panameñas se arriesgaron a sembrar café en montañas con más altura y clima más templado. Así es como estos grupos de colonos llegaron a Boquete y fundaron diversas fincas cafeteras, algunas de ellas todavía hoy en funcionamiento”.
Desde entonces, el café ha formado parte de la historia de crecimiento económico y exportación de Panamá, degustando el paladar de miles de personas alrededor del mundo.